
Los líderes no necesitan elegir entre compasión y desempeño.
Por: Mark Mortensen y Heidi K. Gardner
Navegar por la compleja relación entre la necesidad de los gerentes de mostrar compasión e impulsar el rendimiento es un reto. En nuestra reciente encuesta mundial a 300 líderes empresariales de alto nivel en diferentes ámbitos, desde la hostelería hasta el sector automotriz y la biotecnología, el 61% informó que tiene dificultades para equilibrar la necesidad de apoyo de los empleados con el impulso de un alto rendimiento en su empresa.
Estamos experimentando demandas extremas de compasión en un momento donde no hay espacio para comprometer los resultados. Muchos líderes saben que ambos son esenciales, pero les resulta difícil impulsar el rendimiento de una manera que también maximice el apoyo a sus empleados.
He aquí cómo lograr ambas cosas de manera sostenible.
DATOS: AVERIGÜE LO QUE IMPORTA. Los líderes necesitan recopilar datos sobre lo que realmente les importa a los empleados. Diferentes métodos de recolección de datos producen diferentes tipos de información y envían diferentes señales. Las encuestas y las sesiones generales son buenas para capturar y medir tendencias, pero no le brindan una comprensión profunda de las experiencias de los empleados, ni muestran verdadera compasión.
Por el contrario, las conversaciones individuales son ideales para comprender la complejidad a la que se enfrenta la gente y transmitir verdadera compasión. Sin embargo, requieren una inversión significativa de tiempo y podrían no ayudarlo a ver el panorama general. El mejor enfoque es una combinación de métodos y ser reflexivo sobre cómo combinarlos para obtener el mejor resultado.
PRIORIZACIÓN: HAGA TIEMPO PARA LA COMPASIÓN. Para que los gerentes dediquen tiempo a mostrar compasión, sus organizaciones necesitan quitar el trabajo que no importa. Esto es difícil en la práctica. Para diferenciar los aspectos críticos del desempeño de aquellos que es simplemente agradable tener, los líderes deberían hacer preguntas como, “¿Cuáles son dos entregables que recibes pero que realmente no lees?”
Los gerentes de línea están en la mejor posición para pensar en la priorización. Tienen conocimiento directo tanto del trabajo que se realiza como de las personas que lo hacen. Los dirigentes de alto nivel deben confiar en sus esfuerzos de establecimiento de prioridades y apoyarlos.
CONFIGURACIÓN: AUMENTE LA TRANSPARENCIA. Parte del desafío es crear un entorno que normalice las conversaciones sobre el apoyo que la gente necesita. Primero, ayude a la gente a entender que el bienestar mejora cuando los gerentes muestran compasión y proporcionan apoyo, y que el bienestar a su vez mejora todo tipo de resultados medibles relacionados con el rendimiento.
En segundo lugar, incluya a la seguridad psicológica en estas discusiones. Necesita que los empleados sean honestos acerca de su necesidad de apoyo, y que los líderes sean honestos acerca de las demandas de rendimiento que enfrenta la organización. Sólo entonces podrá tomar decisiones informadas y compasivas sobre cómo maximizar el bienestar y el rendimiento de los empleados.
COLABORACIÓN: CREE SOLUCIONES EN CONJUNTO. Aumentar el bienestar y el compromiso de los empleados recae tanto en los gerentes como en los empleados. Los líderes deben centrarse en la creación de un entorno que proporcione canales de comunicación y fomente el debate abierto, proporcionando recursos y herramientas para ayudar a los empleados a comprender sus propias necesidades y respondiendo a las solicitudes de los empleados.
Recuérdeles a todos de qué son responsables: Los empleados son dueños de sus desafíos y capacidades, y los gerentes son dueños de las demandas y recursos de la organización. Haga que todos acuerden de antemano cuándo revisarán el enfoque y harán ajustes.
El liderazgo compasivo no consiste simplemente en dar a la gente lo que quiera. Lograr un alto rendimiento tampoco significa ignorar las necesidades y bienestar de sus empleados. Los líderes que se esfuerzan por alcanzar sosteniblemente un alto rendimiento deben esforzarse por garantizar que empoderan a sus empleados para lograrlo.
Mark Mortensen
Es profesor asociado de comportamiento organizacional en el INSEAD.
Heidi K. Gardner
Es académica distinguida en la Harvard Law School y presidenta de la facultad en los programas de educación ejecutiva de la escuela.
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